top of page

GNOSIS

 

     La Enseñanza Gnóstica afirma que el hombre tiene la Conciencia "Dormida", que la tiene atrapada entre los múltiples "Yoes" o defectos psicológicos. Establece que el "YO" es el origen del dolor, la violencia, el sufrimiento y la desdicha en el hombre. Nos exhorta incesantemente, en la necesidad de cambiar nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar, con el objetivo primordial de buscar El Camino de la Liberación Psicológica.

 

     Hace énfasis en la "Auto-Observación" y el "Auto-Recuerdo", en coordinación con el "Discernimiento y la Meditación profunda", como herramientas analíticas para cultivar comprensión y lograr el despertar gradual de nuestra Consciencia. Convirtiéndonos de esta manera, en exploradores de nuestro mundo interno y en buscadores de la verdad.

 

     La Doctrina Gnóstica nos instruye en: Los procesos de transmigración del alma, de re-encarnación y retorno, en la simbología de los sueños, en cábala y numerología; en leyes naturales y científicas, en psicología aplicada, etc. Requiere que el devoto gnóstico sea místico, científico, filósofo y poeta, sin embargo; cabe destacar que el centro primordial de la Doctrina Gnóstica, consiste en "La Eliminación del Ego y en el desarrollo de Nuestro Real Ser Interno". Para este objetivo propone, "Los 3 Factores de la Revolución de la Conciencia": Morir, nacer y el sacrificio por la Humanidad.

 

     El trabajo sobre nuestro propio Mal Interior es una necesidad de gran magnitud. Encender la flama de nuestro corazón, para iluminar a otros, es indispensable para el despertar de nuestra "Bella Durmiente Interior": ¡La Esencia!.

 

     La filosofía del maestro fue siempre clara: "Si la semilla no muere, la planta no nace". Así pues, que a medida que "Morimos" (eliminamos) en nuestros defectos, despertamos "Conciencia" y se van disipando las tinieblas de nuestro mundo interior; haciéndonos poco a poco más libres de la mecanicidad psicológica. A medida que vamos "Despertando", la esencia va liberando Conciencia del "Mundo Interior", y van naciendo en nuestra matríz interior, nuestras bellas y más grandes posibilidades: Las Virtudes del Alma.

 

     Ciertamente: "Si no erradicamos el mal nuestro, las virtudes de Dios no nacerán”. Nuestra divisa es "Thelema": Voluntad.

bottom of page